Entre las diversas coles que sembramos y recolectamos en la huerta del Corneja hoy os presentamos los repollos, que en este momento estamos consumiendo en plena temporada.
El repollo (Brassica oleracea var. capitata L.) es una planta bianual, cultivada como anual, de la familia de las crucíferas (coles).
Siembra
Cada año el abuelo prepara un semillero de repollos de la variedad rizada, que se adapta a las condiciones que nos gustan: siembra y recolección tardía. El semillero lo suele poner en el mes mayo y allí permanecen hasta que se trasplantan a principios de julio y a principios de agosto, escalonando así la cosecha.
Tenemos la tierra labrada previamente y se ha surcado con la azada. Regamos el semillero y extraemos los pequeños repollos con toda la raíz y la tierra que los acompaña. Hacemos un agujero con la azada de unos 15cm en lo alto del surco y lo llenamos de agua un par de veces (si el terreno está húmedo con una vez valdría). Cuando el agua se ha absorbido se hace un agujero en el fondo con un palo de madera, se introduce en él el repollo, se aprieta la tierra contra la raíz y se cubre con tierra alrededor del tallo, se vuelve a regar y cuando se absorbe el agua de nuevo cubrimos el agujero con tierra seca, esto evitará la pérdida de la humedad en esta época tan calurosa.
Sembramos unas cuarenta plantas (dos tandas de 20).
Como son plantas que necesitan espacio para crecer las separamos unos 70 cm. Siempre las ponemos en una zona donde el año anterior hayamos cosechado judías.
Cuidados
Básicamente se limitan a eliminar las malas hierbas con la azada y a regarlos cada semana en el verano.
A veces, sobre todo a los que sembramos antes, los atacan los zapateros (Pyrrhocoris aptens) y menos frecuentemente las orugas verdes de la col. En ambos casos devoran las hojas. Si es posible, eliminamos con la mano las hojas o las plantas afectadas.
Si hay plantas que no fructifican las arrancamos para que no absorban nutrientes y picamos con la navaja las hojas y troncos para que aporten materia orgánica al terreno.
Truco del abuelo:
Siempre dice que “el repollo de enero sabe a cordero”, es un refrán pero del que damos fe, cuando recolectamos el repollo que ha sufrido heladas estando en la planta, su sabor es absolutamente distinto a los tempranos o comparados en las tiendas. Esta es la razón de sembrarlos lo más tarde posible, dando siembre tiempo a que completen su estado vegetativo.
Cosecha
Comenzamos a cosecharlos a mediados de diciembre, permanecen en la huerta soportando las heladas (hasta -7ºC) y la nieve hasta el mes de marzo o abril sin ningún problema. Nosotros recolectamos los que consumimos, sin conservarlos en casa más de una semana en ningún caso.
Los repollos se recolectan cuando han alcanzado el tamaño adecuado y al presionarlos con la mano están duros.
A veces, por exceso de humedad o de maduración, los repollos se abren, por lo que tenemos que recolectarlos antes de llegar a este punto.
Usos
Los repollos son ricos en fibra, Vitamina C, betacarotenos y potasio. Recordad siempre que la base de la dieta mediterránea es el consumo de cinco raciones de frutas o verduras al día.
Nosotros básicamente consumimos el repollo de dos formas, acompañando a un cocido o a un codillo (procuramos comprarlo fresco para evitar la presencia de nitritos) o bien lo hervimos y rehogamos después con ajos y un buen pimentón de la Vera (cuidando que sea siempre del año).
Curiosidades
Uso como biofumigante. Está científicamente demostrado (1) que el aporte de las hojas de la planta del repollo picadas al suelo de la huerta permite reducir la población de Fusarium oxysporum, que es un patógeno de las cebollas. Esta práctica la realizamos en la huerta con los restos que quedan de las plantas al cosechar los repollos.
En esta zona, una vez cortados los repollos, el resto de las hojas de la planta se utilizaba para completar con forraje verde la dieta en invierno de los animales domésticos estabulados en la explotación familiar, incluso después de la recolección de las patatas tempranas se sembraban berzas con este fin exclusivo. Los animales lo agradecían y la gente notaba un aumento de la producción de leche de las vacas y cabras de ordeño.
El repollo y todas las coles tienen alto contenido en azufre que es el responsable del olor en la cocción y de la flatulencia que provocan. Su contenido es menor al madurar y haber sufrido las variaciones térmicas tan dispares.
Los repollos tienen uno de los puntos de congelación más altos de las plantas y son los que mejor resisten en invierno en la huerta.
Si podéis disfrutad algún día del “cordero de enero” de las huertas. ¡Hasta la próxima!.
(1) Iriarte L.E. y otros. Efecto de la biofumigación con repollo sobre el control de Fusarium oxyspoum en el suelo.RIA. Buenos Aires. 2011.
lawrence lamas dice
excelente explicacion yo soy de caracas venezuela y aqui no hay nevada, me imagino que no hay problemas ara cultivarlos aqui
Huerta dice
Lawrence, seguro que consigues cultivar excelentes repollos. Las heladas invernales únicamente disminuyen su contenido en azufre, con lo que su sabor es más dulce. Saludos.
Lucas dice
Se puede comer crudo en ensalada?
Huerta dice
Lucas, se puede comer y hay mucha gente que lo consume así, nosotros siempre lo preparamos hervido, nos resulta menos indigesto. Saludos