Hace unos veinte años el abuelo compró en un vivero un pequeño «melocotonero». Este árbol se adaptó bien a las condiciones de la huerta, a sus horas de frío, al tipo de suelo, al clima… y la mayoría de los años produce la fruta más temprana de este tipo que cosechamos en la huerta.
El árbol.
Como es un árbol viejo, después de varias podas de formación y mantenimiento, hicimos hace dos años una poda de rejuvenecimiento. No brotó demasiado pero ha permitido que aún se mantenga en producción.
Todos los años, a finales de invierno, lo tratamos (el abuelo dice «curar») con un aceite mineral y un fungicida. En verano lo regamos tres o cuatro veces inundando un alcorque que practicamos alrededor del tronco.
Florece a mediados del mes de abril, en ramos mixtos y chifonas. Las flores son de color blanco con tonos rosáceos y surgen antes que las hojas.
El resto de las frutas de este tipo (prunus persica) que cultivamos (briñones, melocotones, priscos y pavías) los cosechamos entre los meses de septiembre y octubre, sin embargo, estos maduran a finales del mes de julio o principios del mes de agosto ¡dos meses antes!, por lo tanto es de fructificación temprana.
Pensamos que se trata de una de las modernas variedades comerciales de «melocotoneros». El abuelo al referirse a las frutas las llama fresquillas y por su comportamiento productivo las calificamos como «tempranas».
Las fresquillas
Son drupas típicas, con abundante pulpa carnosa y en su interior presentan un hueso duro que contiene la semilla.
Cuando están bien maduras son grandes (pesan más de 200 gr de media) con forma globosa, presentan una depresión en un lateral bien marcada y la zona que se une al árbol está hundida. La piel es de color amarillo-anaranjado de fondo y las zonas expuestas al sol de color rojo intenso, con los bordes difusos. La piel se separa con cierta facilidad y al tacto es aterciopelada por la presencia de borra o pelusa.
La pulpa es de color amarillo brillante, medianamente resistente a la presión y se desprende perfectamente del hueso.
El hueso es de tamaño mediano, con una doble sutura bien marcada y de color marrón oscuro.
Las fresquillas son muy jugosas, dulces y aromáticas. Es normal que después de consumirlas tengamos que lavarnos las manos por la cantidad de jugo que desprenden.
Este tipo de fruta de tamaño grande, consistencia media y tan jugosa es difícil de manipular y por lo tanto es casi imposible encontrarla en el mercado, donde las prefieren de buen aspecto, más consistentes y un poco más pequeñas. Es una lastima, la cadena de valor prima el aspecto sobre el sabor y el aroma.
Es una fruta rica en fibra, potasio, vitamina K y carotenoides (beta-carotenos).
Los años que tiene mucha producción elaboramos mermelada.
Curiosidades
Como maduran tan pronto, aún no hay moras ni han madurado otros frutos silvestres de los que los pájaros se alimentan. Para evitar que desaparezcan, literalmente, cubrimos el árbol con una red ligera.
Estas frutas son climatéricas y siguen madurando después de separarlas del árbol, sin embargo nosotros preferimos dejarlas en él hasta que al ejercer una ligera presión con los dedos comprobamos que están blandas y así las consumimos en el momento.
¡Es una maravilla disponer en verano de estas frutas tan sabrosas, aromáticas y refrescantes!
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