¿Qué es la esponja vegetal?
En casa hace años que utilizamos esponjas vegetales. Uno de los miembros de la familia descubrió que su origen estaba en unas plantas cultivadas y adquirió unas semillas de una casa comercial. Las sembramos en la huerta y así nos ha ido el cultivo.
Estas esponjas se obtienen de una planta perenne anual de la familia de las cucurbitáceas, como la sandía, el melón, las calabazas o los pepinos, del género luffa que se denomina Luffa cylindrica (L.) M. Poen. Su origen está en el suroeste asiático y son frecuentes en las zonas subtropicales del planeta.
¿Cómo cultivar la esponja vegetal?
Como son plantas muy sensibles a las heladas y necesitan temperaturas superiores a los 20°C, sembramos las semillas directamente a principio del meses junio. Ayudándonos de una azada, pusimos tres semillas por golpe en lo alto del caballón, de forma similar a como sembramos los calabacines. Prácticamente germinaron todas.
Las plantas tienen hojas grandes, verdes, lobuladas 5 ó 7 veces o angulares, con forma triangular, textura de papel y rasposas al tacto.
Por ser plantas trepadoras y desarrollar zarcillos, las pusimos tutores. A medida que fueron creciendo sujetamos los tallos con cordeles. Alcanzaron dos metros de altura.
Se diferencian inflorescencias masculinas y femeninas. Son de color amarillo. Las masculinas se disponen en racimos axilares, con unas treinta flores y las femeninas son solitarias. La polinización la llevan a cabo los insectos.
En cada planta crecieron dos o tres frutos. Son de color verde oscuro, semejantes a los calabacines.
Cuando crecen su forma alargada es más estrecha en la zona próxima al pedúnculo y se aprecian surcos y bandas longitudinales de un color verde más oscuro.
En verano las regamos por inundación cada siete días.
No las afectó ninguna plaga ni enfermedad destacables.
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Cuando han madurado su color es verde amarillento, alcanzan de 25 a 30 cm y es el momento de recolectarlas.
En una misma planta existen calabazas de distintos tamaños y en distintos estados de madurez. Las recogemos, cortando el pedúnculo con una navaja, antes de llegar las heladas de noviembre.
Las calabazas
Una vez recolectadas las mantenemos en un lugar seco y ventilado, sobre papeles de periódicos. Cuando se vuelven de color marrón y al moverlas suenan las semillas es el momento de quitar la cáscara. En su extremo apical se abre un poro terminal y si no tenemos cuidado por allí se nos caerán las semillas.
Se pelan sin dificultad, utilizando las manos, al retirar la piel descubrimos con sorpresa ¡una verdadera esponja vegetal!. Es el xilema o tejido vegetal formado por las células ahora muertas, rígidas y lignificadas que antes sirvieron para conducir la savia y sostener la estructura.
El interior es un cilindro hueco con tres o cuatro cavidades y allí están sueltas las semillas. Las extraemos y las ponemos a buen recaudo.
Las esponjas vegetales naturales.
Para eliminar los restos de materia orgánica y las impurezas las ponemos en agua caliente a la que hemos añadido un chorrito de lejía comercial. Las frotamos con las manos, las aclaramos bajo el chorro del grifo y las ponemos a secar.
Después, utilizando un cuchillo, las cortamos transversalmente para obtener nuestras esponjas con la forma y el tamaño deseados.
Las esponjas vegetales tienen un tacto áspero cuando están secas pero al mojarlas su tacto es más suave.
Las utilizamos como exfoliante de la piel y como esponja para la higiene personal. Es importante que se sequen bien después de cada uso.
Curiosidades.
En muchos países estas esponjas vegetales se las denomina estropajos. Por aquí los estropajos se obtenían de fibra de esparto machacada entre dos piedras y junto con el jabón que se fabricaba en las casas, de manteca de cerdo y sosa cáustica, se utilizaba para fregar. Hoy los usamos de plástico, de nailon, de alambre… podíamos plantearnos sustituirlos por estas esponjas naturales, biodegradables y fáciles de obtener.
Estamos muy satisfechos de haber cultivado estas calabazas esponjosas en la huerta. Nos ha permitido tener nuestras propias esponjas y además hemos obtenido semillas para volver a cultivar e incluso para regalar a los amigos.