Injerto de cerezo, hendidura simple.
Las cerezas son unas de las frutas más tempranas y que más gustan a los miembros de nuestra familia. El abuelo era reticente a cultivar cerezos, decía que las heladas tardías los afectan casi todos los años y si llegaran a fructificar, las cerezas se las comerían los pájaros antes de madurar.
Basándonos en la experiencia de un amigo del pueblo de al lado (Navaescurial), que conseguía abundantes y excelentes cerezas todos los años, hoy tenemos cinco cerezos y os vamos a contar cómo lo hemos conseguido.
Cerezo silvestre de monte.
En la zona hay muchos guindos (Prunus cerasus) y son muy abundantes los cerezos silvestres de monte (Prunus avium), incluso a una altitud superior a 1200 m. florecen todos los años y maduran unas abundantes y pequeñas cerezas negras. Los plantones de estos cerezos fueron, en el pasado, objeto de pillaje, muchos siguen siendo el pie de cerezos que hoy florecen en el Valle del Jerte.
Cómo reproducir cerezos
Los cerezos se pueden obtener mediante multiplicación sexual, sembrando huesos de cerezas pero, como es muy frecuente la polinización cruzada, la nueva planta no reproducirá las características del cerezo del que procede la semilla.
Injerto de púa simple en cerezo silvestre.
La mejor forma de reproducirlos es por multiplicación vegetativa, mediante injertos. El cerezo obtenido reproducirá las características de la planta madre.
Un árbol injertado consta de un patrón que aporta la raíz y parte del tronco y de un injerto, que será genéticamente idéntico al árbol de procedencia, proporcionará el resto de la parte aérea y fructificante al nuevo árbol.
Patron o pie
Todo patrón otorgará al nuevo árbol frutal su capacidad de enraizamiento, de adaptación a la climatología y a las condiciones del terreno, de resistencia a las enfermedades y no rechazar el injerto. También influirá sobre la época de floración y recolección. Para los cerezos todas estas condiciones las cumplen tanto los guindos como los cerezos silvestres de la zona.
Injerto de cerezo (var. picotas) en la rama de un guindo.
Procuramos que los plantones sean francos (que procedan de una semilla) que tienen mejores condiciones que los que provienen de raíces leñosas (sierpes).
Es importante elegir bien el patrón, la variedad la podemos cambiar con un sobreinjerto, el patrón no.
El patrón lo cogemos en invierno, procurando que tenga abundantes raíces y lo trasplantamos al sitio elegido en la huerta que debe ser soleado y aireado, si es necesario lo regamos y ponemos un tutor para que crezca recto. Comprobaremos que ha prendido porque se abrirán las yemas apareciendo hojas y nuevas ramas.
Las púas
Debemos seleccionar con cuidado el tipo de cerezo del que vamos a obtenerlas, debe estar sano, fuerte, fructificar correctamente y producir las cerezas del color, tamaño y dulzor que pretendemos conseguir. Nosotros las obtenemos de árboles de amigos que las cosechan en localidades con altitudes similares a la nuestra (Navaescurial, 1185m y Serranillos 1235m). Todos los que tenemos son de cerezas rojas tardías de tamaño mediano y de picotas.
Detalle del injerto de púa simple en cerezo silvestre.
Las púas o varetas las obtenemos de vástagos de madera del año anterior, que estén exentas de nudos y con abundantes yemas. Nunca se deben utilizar chupones ni ramas en flor. Para lograr el éxito de nuestro injerto, si estos cerezos están más adelantados que nuestro patrón, cortamos las púas y las dejamos envueltas en papel de cocina húmedo en la nevera, en la zona de las frutas y verduras.
El injerto
El abuelo siempre realiza el tipo de injerto denominado de púa o hendidura, según el diámetro de corte del patrón y el tamaño de las púas practica un injerto:
– Hendidura simple una sola púa en diámetros inferiores a 3 cm.
– Hendidura simple y dos púas en diámetros entre 3 y 6 cm.
– Hendiduras en corona con varias púas en diámetros superiores a 6 cm.
Cómo injertamos
Tenemos un patrón franco de un cerezo silvestre que obtuvimos el año pasado, prendió correctamente y ya ha pasado un año en la huerta.
Nuestro patrón de cerezo silvestre.
Elegimos una zona sana del tronco a la altura del suelo que deseemos (nosotros en este a 80 cm), y con la tijera de podar damos un corte horizontal y limpio.
Con una navaja hacemos una hendidura vertical y perpendicular al corte anterior de unos 3 cm.
Preparamos las púas con una longitud de un unos 10 cm, que contengan entre dos y cuatro yemas y que estén exentas de nudos. Podemos cortar ambos extremos o uno solo y dejar la punta (al abuelo le gusta más la segunda opción).
Con un navaja damos dos cortes de bisel a las púas en su base para formar una cuña de unos 3 cm.
Colocamos las púas en el patrón. Es muy importante procurar tanto que la púa quede vertical como que los cortes en las cortezas (cambium) del patrón y de la púa coincidan en la máxima superficie posible.
Las uniones las fijamos con cinta (el abuelo utiliza cinta aislante habitualmente), que evitará la deshidratación, protegerá de las adversidades climatológicas y sujetará las púas al patrón permitiendo cierta flexibilidad.
Sellamos todas las heridas visibles con pasta de injertos, esto protegerá de las adversidades atmosféricas e infecciones. Colocamos un tutor.
Truco del abuelo
En otoño, si el injerto ha prendido, entre ambas púas y con la navaja cortará la cinta aislante, en paralelo al tronco, con el corte de la navaja hacia fuera, y la dejará puesta. La retirará completamente en la primavera siguiente.
Él dice que lo de utilizar cinta de injertar es un «sacaperras», que siempre se hicieron con greda húmeda envuelta en un trapo y la cinta aislante, que siempre tiene a mano, le garantiza un 100% de éxitos y de cicatrización de forma muy satisfactoria.
Guindo en que hemos injertado tres variedades de cerezos
Curiosidades
Los cerezos son prácticamente autoestériles y necesitan de la polinización cruzada.
Para favorecer la fructificación es deseable tener varios cerezos o guindos. También podemos injertar sobre un mismo patrón diversas variedades.