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Cómo sembrar y cultivar judiones

Nuestra huerta se encuentra en la zona geográfica cuyas judías pueden acogerse a la IGP (Indicación Geográfica Protegida) denominada Judías de El Barco de Ávila (judiasdelbarco.es) son productos únicos que se producen en un territorio único y así lo reconoce la Unión Europea.
Entre las variedades reconocidas en esta IGP se encuentra el denominado judión que nosotros sembramos y consumimos. Coloquialmente las llamamos judías o alubias gordas y también fabas.
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Son leguminosas del género Phaseolus, especie vulgaris y variedad volubilis (de mata alta). Como todas las judías tienen su origen en América y fueron traídas a España a mediados del siglo XVI. Las semillas son las judías maduras. Se consumen en seco, exclusivamente.

Seleccionadas para la siembra

Nuestras judías son muy gordas, con forma arriñonada y ligeramente aplanada y son el resultado de la selección realizada por nuestra familia durante más de 50 años. Hay otra variedad más pequeña y oblonga que produce más kilos y que es mayoritaria en la zona, cuando se cultiva para su venta.

Los dos tipos de judiones en la zona

Siembra

Cuando han concluido las heladas (en esta zona suele ser después del 15 de mayo) seleccionamos de las judías del año anterior, las planas de mayor calibre y que estén sanas para la siembra.
Las zonas elegidas para la siembra son siempre en las que el año anterior hayamos sembrado otros productos como tomates, patatas, cebollas o coles.
La tierra ha sido previamente labrada y asurcada. En lo alto del surco y ayudados por un cabuche (azada pequeña) se escarba hasta encontrar la humedad (tempero) se ponen dos judías y se cubren con tierra. Las separamos unos 80 cm.

Judias con varas puestas, se observa el dextrógiro

Para germinar agradecen temperaturas entre 10-25ºC.
Tardan generalmente bastante en nacer (alcanzar la superficie), al menos dos semanas y en ese momento son muy sensibles a las heladas.

Truco del abuelo

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Si en algún golpe no nace ninguna judía y en otro han salido las dos una de ellas la extrae con el cabuche desde la raíz y con cuidado para que no se desprenda la tierra que la acompaña y repone la falta. Supone una gran ventaja ya que no tendrá que sembrar de nuevo y esperar a que nazca y con una planta por golpe es suficiente porque desarrollan varios tallos.

Judias en plena floración

Cuidados

Las escardamos con la azada para acolchar la tierra y quitar las malas hierbas y hacemos los canteros en el surco para regarlas después por gravedad.
Estas judías desarrollan varios tallos que alcanzan alturas entre los dos y tres metros, son dextrógiros (se enrollan en el sentido contrario a las agujas del reloj), por lo que es imprescindible colocar tutores a los que nosotros denominamos varas. Normalmente las ponemos de bardal (sinónimo en nuestra zona de sauce o de mimbrera, Salix spp.) las hemos preparado (cortado y afilado) en invierno y reutilizamos las de años anteriores que estén en buen estado. Colocamos una vara entre cada dos plantas, cruzándola cerca de su extremo superior con la siguiente del mismo surco y dos más del surco paralelo. De vez en cuando hay que dar una vuelta y guiar los tallos que no se han enrollado en las varas, ¡cuidado con el sentido!.




A partir de este momento se realiza el primer riego (principios de julio normalmente) y se riegan cada semana hasta el mes de septiembre.
Estas judías florecen de forma espectacular y desarrollan flores en racimos con 4 a 8 flores, de color blanco. Muchísimas flores no fructifican debido a temperaturas muy altas o por los días de aire cálido del verano. La variación de temperaturas entre el día y la noche, de la que disfrutamos en la zona, permite que todos los años se asegure la cosecha.

Flores y pequeñas judías cuajadas (agujas o cornatillos)

De las flores surgen las pequeñas vainas (cornatillos) y en cada vaina se desarrollan entre una y cinco judías. Las vainas no son consumibles como judías verdes.

Plagas

Son muy resistentes a las dos plagas que afectan habitualmente a las judías que sembramos en la huerta: el pulgón negro (Aphis fabe) y la araña roja (Tetranychus spp.).
El único tratamiento que hacemos es preventivo y consiste en fumigar con un acaricida las varas (tutores) cuando están almacenados en el varero.
Además como prevención de enfermedades creemos que es fundamental rotar su cultivo todos los años.

Cosecha

Cuando las vainas se secan pasan de color verde a marrón blanquecino y dentro han madurado las judías, es el momento de recolectarlas vaina a vaina y a mano. Comenzamos a recogerlas en el mes de septiembre u octubre y se termina cuando retiramos las varas (diciembre).

Vainas verdes y secas. Las hojas se han helado

Son judías muy tardías y los problemas más frecuentes es que se hielen o que si el otoño es muy lluvioso no lleguen a madurar y a secarse muchas vainas.

Vainas secas

Este año el verano fue muy caluroso, el otoño y el invierno soleados y cálidos y aunque no fructificaron demasiadas flores, al final hemos recolectado la totalidad de las vainas que las plantas han tenido. Las judías estaban muy gozadas (muy secas, maduraron bien, sin manchas, muy blancas y brillantes).

Vainas recolectadas

Después de recoger las vainas, las extendemos en una superficie seca y las ponemos un par de días al sol, para que se sequen perfectamente. Después las desgranamos, golpeamos con una vara o una horca y separamos a mano las judías de las vainas.

Vainas recolectadas secandose

Desechadas las judías que no son aptas para el consumo y el resto las conservamos en sacos abiertos, en un sitio seco y sin luz.

Las judías

Estas judías son todo un espectáculo en en la mesa, con un tamaño de hasta 3 cm, al cocerlas e hidratarse llegan hasta los 5 cm, además en el plato no se separa la piel que es muy fina y su consistencia nunca es harinosa.

Alubias gordas, hidratada (5 cm) y seca (3 cm)

Judías desgranadas, separas de las vainas

Curiosidades

Las plantas no pueden utilizar el nitrógeno gaseoso de la atmósfera (N2) directamente. Antes ha de romperse el enlace muy estable que existe entre los dos átomos de nitrógeno, esto se consigue industrialmente (quemando gas natural y combustibles fósiles) o mediante la fijación biológica que las leguminosas consiguen al asociarse simbióticamente con bacterias del género Rhizobium en nódulos que se forman en las raíces de las plantas. El nitrógeno fijado puede utilizarse por la propia leguminosa y por otras plantas. Los agricultores conocían esta propiedad antes de la fabricación de abonos industriales y nosotros seguimos poniéndola en práctica cada año en nuestra huerta, mediante la rotación de cultivos, que nos permite obtener buenas cosechas sin tener que utilizar abonos y sin contribuir tampoco a la contaminación ambiental del agua por nitratos.

Rotación de cultivos, donde sembramos el año anterior judías este año ponemos patatas y al contrario

Las judías secas no deberían faltar en nuestra dieta pues nos aportan proteínas vegetales, hidratos de carbono, fibra, potasio, magnesio, calcio, hierro y vitaminas del grupo B.
Las legumbres son un plato básico de la dieta mediterránea. Os dejamos este enlace de la FAO, que declaró 2016 como año internacional de las legumbres.

Flores de judías gordas

La fecundación en las judías es autógama en un 95% y alógama en un 5%, esto explica que durante estos 50 años seleccionando las semillas, hayamos conseguido obtener excelentes y uniformes cosechas anualmente, desechando las que fenotípicamente muestran la variabilidad.

Otros trucos del abuelo

Las judías o judiones han de tener color blanco y la piel tersa, lisa, brillante y sin arrugas. Estas propiedades se mantienen íntegras, si están bien almacenadas, al menos un año. Si tienen colores amarillentos puede suceder que os están vendiendo las cosechadas de años anteriores.
Cuando las conservamos pueden ser parasitadas por el gorgojo de la judía (Acanthoscelides obtectus). Dice que almacenándolas en recipientes abiertos con una cabeza de ajo se evita este problema.

Muestra de algunas de nuestras judías gordas dando la talla

Judías o alubias gordas, judiones, fabes…. hay muchas pero si podéis y tenéis ocasión, no dejéis de probar un plato de judías gordas o judiones con esta IGP o producidas al aire libre y regadas con el agua de esta zona, guisadas con algunos productos del cerdo o con unas almejas.
Espero que de una u otra forma os resulten espectaculares.



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