Icono del sitio Huerta del Corneja

La huerta y su entorno en el siglo XVIII

Media fanega

En el siglo XII el territorio actual del municipio de Villafranca de la Sierra estaba integrado en el alfoz de Ávila y probablemente sería una amplia zona poco poblada, o despoblada, donde pastaría el ganado en verano, se pescarían truchas en el río y habría partidas de caza.




El Rey Alfonso X «el Sabio», en 1256, otorgó a una familia de Ávila, el derecho de señorío. En los años siguientes los señores, bajo un régimen feudal, se ocuparon de poblar su territorio y de favorecer las actividades humanas de las que sacar sus rentas. Esta situación duró casi 600 años, hasta 1842.

Piedra para sujetar con una cuerda al ganado vacuno

Comienza la Edad Moderna

En el siglo XV la población fue aumentando y se construye la Iglesia. Hasta finales de este siglo existió una importante población judía, que fue expulsada, y cuyas actividades quedarían en la villa.
A comienzos del siglo XVI se la dotó de ordenanzas, se concedió el privilegio de los mercados francos y en 1515 se constituye la Comunidad de Regantes. La población ya rondaba los 1.000 habitantes.

Una de las antiguas presas de la Comunidad de regantes en la Sierra

En 1753 se confeccionaron en el municipio las respuestas generales a las preguntas del Catastro del Marqués de la Ensenada. Revisando la información que contiene intentaremos describir cómo sería nuestra huerta en esa época.

Molino harinero

La villa en el siglo XVIII

Estamos ante una de las villas más prósperas de Ávila en este momento, describen una importante actividad preindustrial, manufacturera, comercial, de servicios, agricola y ganadera, basada en el agua del río.
Había 20 molinos harineros de agua, 20 fábricas de paños, 8 tintes de lanas y paños, dos batanes, tierras de labor, huertas de regadío, pastos, ganadería y montes de roble y encinas.
También sastres, cardadores, tejedores, panaderos, carniceros, doradores, maestro de primeras letras, zapateros, herradores, organista, curas, cirujano, boticario y revendedores de fruta y de lana.
La propiedad de la tierra estaba, en su mayoría, en manos de los señores de la villa y varias instituciones eclesiásticas, sólo había tres labradores y no habla del número de ganaderos que probablemente serían pocos y con mucho ganado.

Piedra superior de un molino manual

Los cultivos en el siglo XVIII

En las respuestas generales, lo primero que nos llama la atención es que no se habla de los cultivos con origen en el continente americano y que tan profusamente se cultivaron después, no se habla de patatas, ni de maíz, ni judías, ni pimientos, ni tomates.
Veamos los cultivos que describen:

Frutales

Se producían varias variedades de peras «bergamota, longuindo, turma de toro, camuesos finos y moscatel » y se comerciaba, mediante ventas o intercambios, con ellas.
También había «peros (manzanas de poca calidad), manzanos y camuesos blancos «.
Otras frutas como «ziruelos, endrinos, guindos y cerezos «.

Peras de longuindo o donguindo

Cereales

Sembraban trigo candeal y tremesino (un trigo de ciclo corto en fincas de regadío), cuyo único destino era la elaboración de pan. También cebada y centeno para la alimentación de los animales.

Hortalizas

Hablan de la producción de hortaliza y que la fanega sembrada rentaba 50 reales de vellón. Imaginamos berzas, repollos, ajos, cebollas, nabos,…

Repollo

Otras producciones

Había garbanzos en secano (sistema de tres hojas: garbanzos/trigo/barbecho), algarrobas para alimentar el ganado, nueces y lino, un cultivo, del que se sembraban muchas fanegas, para la producción de fibras textiles y linaza.
También segaban, con guadaña, importantes cantidades de heno y la producción se media en carros.

Vacas avileñas en Serrota

La ganadería en el siglo XVIII

La ganadería de vacuno y ovino era trashumante y estaba en manos de muy pocos ganaderos.
Las vacas serían similares a las actuales de raza Avileña Negra Ibérica que tiene su origen en esta zona de la Sierra de Villafranca y ovejas merinas. Pastaban aquí en verano en el monte abierto y en la Serrota, acompañadas las 24 horas del día por los vaqueros, pastores y zagales y en invierno… nos ha gustado mucho esta respuesta literal que dieron a la pregunta 20: «las especies de ganados bacuno, cabrio, cavallar, mular, asnal, de zerda y obejuno y que ello pasta en los ibernaderos del año fuera del termino y según su practica inteligencia que tienen muchos ganados «.
Casi todos los vecinos tendrían animales para obtener alimentos destinados al autoconsumo familiar de carne (cerdos, gallinas, cabras, ovejas y en menor medida el vacuno) de leche y queso (cabras) y huevos (gallinas).

Ovejas de raza merina

Era muy rentable criar animales para el trabajo (caballos, burros, mulos y vacuno para yuntas), producir lana (muy valorada la lana fina de las ovejas merinas), miel (único edulcorante de la época) y cera.
El territorio está atravesado por un ramal muy transitado de la Cañada Real Leonesa Occidental a la que se une antes de alcanzar el Puerto del Pico.

Escriño

Las medidas de la época

Fanega

Era una medida de volumen de productos y también de superficie de tierras. Dicen en las respuestas «la medida de tierra de fanega de sesenta varas castellanas en cuandro cada una en la fanega de primera calidad sembrada de trigo se hecha una fanega de simiente y seis de tremesino fanega y media de zebada dos fanegas y se siembra de linaza tres fanegas y medio celemín de avena, si de garbanzos una cuartilla en la fanega de segunda calidad se acostumbra a sembrar la misma cantidad de granos y en la de tercera media fanega de zenteno «.
En fanegas se comerciaban los cereales, los garbanzos, las frutas, las nueces y las bellotas. La fanega se compone de dos medias fanegas o de cuatro cuartillas o de doce celemines.
Según el sistema actual una fanega son 55,5 l o 43,24 kg de trigo.

Media fanega y cuartilla

Arroba

Era una medida de peso muy utilizada, son 11,5 kg. En arrobas se pesaba el lino, los nabos, la lana, el aceite, el vino, la harina, etc. Una arroba de aceite eran 12,56 l y de vino 16,13 l. Hasta finales del siglo XX los cerdos de la matanza doméstica se pesaban en arrobas.

Vara castellana

Era la medida de longitud utilizada, equivalía a tres pies, 0,8359 m.
En las respuestas contestan que la Villa tenía 3.802 fanegas de las cuales la mayoría la ocupaban árboles (encinas y robles) y tierra yerma, 2.200 fanegas.

Estiércol en una antigua majada (hoy es un alojamiento rural)

En el siguiente cuadro hemos extraído los datos de las respuestas y podéis comprobar la superficie sembrada de algunos productos, su producción y el valor, en reales de vellón, de las mismas:

Arado romano

Considerando el trigo como alimento base de la época, nos llama mucho la atención el alto valor relativo de los garbanzos, de la hortaliza y del lino. Vemos también el alto valor de la lana, de la producción de las colmenas y sorprende el bajo valor de las vacas en comparación con los animales de trabajo (yeguas) y los de autoconsumo (cerdas, cabras y ovejas). Con una fanega de trigo candeal se podía comprar una vaca y con una arroba de lana, tres vacas y una oveja. Con los precios actuales, considerando que una fanega de trigo pesa unos 43,24 Kg y que una vaca vale unos 1.200 €, hoy necesitaríamos ¡casi 100 fanegas de trigo para comprar una sola vaca!.

Cuerno para colgar del cinturón las piedras de afilar la guadaña

Continuando con la actividad manufacturera e industrial ligada al río y cultivando en el regadío las frutas de siempre y los nuevos cultivos (judías, patatas, pimientos, maíz otras variedades de fruta) la prosperidad de Villafranca de la Sierra continuaría hasta finales del siglo XIX. Llegó a tener más de 1800 habitantes, mercado semanal, ferias y una plaza de toros. A partir de este momento todo fue decreciendo.
En la segunda mitad del siglo XX la población descendió un 80%.
Hoy la actividad industrial no existe, las huertas prácticamente están todas sin cultivar, excepto para autoconsumo, como en nuestro caso, y algunas hectáreas cultivadas de legumbres de judías de la IGP Barco de Ávila. Casi todo el término son pastos que aprovechan ganaderos y la mayoría no viven en la villa.
Conclusión: población actual 128 habitantes.

Esta trucha la cogió el abuelo hace años regando los tomates

¿Como seria la huerta del Corneja en el siglo XVIII?

Pues sería, sin duda, una huerta de regadío, con paredes de piedra, arada con arado romano, abonada con estiércol de ovejas/cabras y/o cerdos, donde probablemente habría diversos arboles frutales en los márgenes, sembrada de lino y luego nabos, alternando anualmente con tremesino. Habría además cada año una pequeña superficie reservada para cultivar las hortalizas de entonces (berzas, repollos, lechugas, cardos, cebollas, ajos, etc.) y garbanzos.




5/5 - (13 votos)
Salir de la versión móvil