Las guindas son las frutas de los guindos y son más pequeñas, blandas y ácidas que las cerezas.
En la zona hay dos variedades: las garrafales y las comunes. Las garrafales son más dulces, menos ácidas y les falta el puntito de amargura que tienen las guindas comunes.
Guindo en flor este año.
Tenemos un guindo autóctono, está tan adaptado a las condiciones de nuestra huerta que florece abundantemente y, en mayor o menor cantidad, nos da guindas todos los años.
Pequeñas guindas
Creciendo
Cuando están maduras, nuestras guindas tienen forma achatada, el punto pistilar hundido, su color oscila entre el rojo oscuro y el rojo vinoso, la pulpa es de color amarillento y presentan frutos aparentemente viables.
Madurando protegidas de los pájaros
Son más sabrosas, dulces y menos ácidas cuando están más maduras por eso las dejamos en el guindo hasta que alcanzan un color rojo oscuro, casi negro. Esto no pasa con las cerezas.
Al igual que las cerezas no son frutas climatéricas y no maduran una vez cogidas del árbol.
Guindas maduras
Usos
Se consumen en fresco. Se conservan peor que las cerezas y por eso es casi imposible actualmente encontrarlas en el mercado.
Son excelentes para elaborar mermeladas y dar sabor y color a tartas, yogures, pasteles, bizcochos, helados, bombones, turrones… Nuestra mermelada de guindas, es mucho más fina y aromática que la que hacemos con cerezas.
En muchos sitios se utilizan las guindas para elaborar licores, gallegos, asturianos, la ginjinha portuguesa, el kirsch alemán, el marrasquino en Italia, etc… Algunos años las ponemos a macerar en aguardiente.
Guinda, hueso y fruto aparentemente viable.
Las guindas y cerezas contienen unos flavonoides llamados antocianinas (1) que las dan su intenso color rojo. Según estudio de la Universidad de Míchigan (EE.UU) en 2009, su ingesta aumenta la capacidad antioxidante en nuestro organismo. Hoy se incluyen en el grupo de las superfrutas.
Curiosidades
Hay muchos dichos y expresiones populares relacionados con los guindos y las guindas. Algunos se incluyen en el diccionario de la RAE. Así el dicho “caerse del guindo” lo define como mostrar ignorancia de algo muy conocido o pecar de inocente o crédulo, también caer en la cuenta o enterarse de algo obvio; “poner la guinda” como rematar o culminar algo y “échale guindas al pavo” para expresar admiración o asombro.
Cuando a una persona acatarrada le caen gotas de la nariz y su consistencia es entre mucosa y serosa, quedan suspendidas un momento por un hilito se utiliza, por la zona, el dicho “caerse la guinda”.
(1) 20minutos. Investigan las ventajas de las guindas ácidas para la salud