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Alubias verdinas. Su cultivo y curiosidades

Cultivo de alubias verdinas

Cultivo de alubias verdinas

En una tienda de Ávila especializada en legumbres, compramos medio kilo de unas pequeñas judías secas con un llamativo color verde. El vendedor las tenía a granel etiquetadas como “alubias verdinas”, a 14€ el Kg y nos dijo que eran de Asturias. No conocíamos estas alubias y en nuestra zona, donde se producen desde hace muchos años distintas variedades de excelentes judías, tampoco conocíamos a nadie que las cultivará. La primavera pasada las sembramos en la huerta y os vamos a contar cómo nos ha ido el cultivo de verdinas.

Origen

En Asturias se discute si esta variedad es consecuencia de la selección en la zona de algún tipo de judías traídas inicialmente desde América o si proceden de las judías cultivadas en Francia donde se conocen como “flageolet”, “haricot flageolet à grain vert”, como “flageolet chevrier” o simplemente como “chevrier”, en honor al agricultor Gabriel Chevrier que ya las obtuvo en el año 1872, cosechando unas judías blancas antes de la madurez.
En Francia es un producto muy afamado y valorado en la alta cocina, tanto los granos en fresco como secos. Existe en Asturias una marca de garantía “Verdina de Asturias» y también se las conoce como la “faba do marisco”.
Estas judías o alubias son semillas secas de la especie Phaseolus vulgaris L.

Judías verdinas

Cultivo

Después de labrar la tierra y prepararla, como hacemos para el resto de las judías secas que cultivamos, en los primeros días del mes de junio sembramos seis surcos de un cantero.
Las semillas no las pusimos previamente en remojo y como habíamos leído que al cosecharlas inmaduras probablemente nacerían mal, sembramos seis granos por golpe, separados linealmente 50cm. Como germinaron un 60% de las semillas, trasplantamos algunas plantas y dejamos tres plantas creciendo por golpe.

Flores de judías verdinas

Las plantas son de mata baja y crecimiento determinado, los tallos terminan en flores y desarrollan entre 5 y 6 entrenudos. Como alcanzaron unos 60 cm de altura, optamos por ponerlas un pequeño tutor (varas de madera de 1 metro de altura), clavado próximo a los tallos. Para evitar que las plantas y las vainas tocaran el suelo y se pudrieran, atamos un hilo de algodón que rodeaba la planta y el tutor.

Verdinas regadas

Las escardamos y mullimos con la azada, para airear la tierra y eliminar las malas hierbas. Las regamos por inundación cada siete días en verano. Florecieron abundantemente, las flores son blancas y su crecimiento vegetativo fue bueno. No las afectó ninguna enfermedad ni plaga pero en el mes de julio, una tormenta de granizo, dañó las hojas de forma importante.

Vainas de Verdinas

De las flores cuajaron numerosas vainas cortas, de color verde, que se secaron sin cambiar su color, mantenían un tono verde mate y daban la sensación de secas al tacto. En este momento fuimos recolectando las vainas a mano, en varios días. La mayoría de las vainas y los granos de las judías secas recolectadas, un 90%, eran de color verde, el resto eran de un color blanquecino, tanto las alubias como las vainas.

Verdinas, defoliación y vainas secas

Observamos que en un momento determinado, hacia finales del mes de agosto, se secaron todas las hojas y las vainas (defoliación y maduración súbita). También se secan de repente las judías de riñón que cultivamos.
Cosechamos un kilo y medio de alubias, después de retirar las manchadas y las blancas.
Hemos leído que en este cultivo (SERIDA) se suelen arrancar las plantas cuando la mayoría de las judías están maduras pero las vainas aún no están secas. Valoramos la posibilidad de hacerlo así, pero, como observamos que las vainas secas mantenían los granos de color verde, preferimos dejarlas madurar en la planta.

Vaina y granos maduros de verdinas

Suponemos que en la zona de producción, tanto en Asturias como en el norte de Francia, con pluviometrías y humedad muy altas, tienen que arrancar las plantas con las vainas para secarlas y evitar así que las lluvias persistentes provoquen la podredumbre de las vainas y malogren la cosecha. Aquí el clima nos proporciona veranos secos y tanto en el mes de septiembre como el de octubre el tiempo es suficientemente seco, hay muchos días de sol que facilitan el cultivo de cualquier variedad de judía seca. Nosotros no pretendemos vender la producción que irá toda destinada al autoconsumo familiar.

Alubias verdinas

Las verdinas

Las recolectamos como judías secas o alubias y por lo tanto las consumimos como legumbres.
Llaman la atención, a primera vista, por su color verde esmeralda brillante que se mantienen en los granos secos. Son pequeñas, 100 semillas pesan unos 30 gramos. Tienen forma arriñonada ligeramente aplanada.
Son judías muy finas con la piel suave, casi imperceptible y muy mantecosas. Nosotros las hemos guisado con almejas gallegas. ¡Espectaculares!.
Queremos insistir en lo importante que es el consumo de legumbres secas. Aportan fibra alimentaria, proteínas vegetales, hidratos de carbono, micronutrientes como calcio, selenio, hierro, fósforo, magnesio, zinc, tiamina, niacina y vit. B6. ¿No os parece interesante y práctico añadir todo esto a vuestra dieta de una forma tan sencilla y natural?.

Parte de nuestra cosecha de verdinas

Curiosidades

Algunos tratados y publicaciones aconsejan utilizar como semilla los granos blancos porque esas judías, por haber madurado en las plantas, germinaran mejor.
Cuando las plantas se arrancan con las vainas verdes muchas judías mantendrán el color pero no habrán madurado. Como las nuestras han madurado en las vainas utilizaremos como semilla las mejores judías maduras de color verde que hemos cosechado. Pensamos que las verdinas nacerán bien y que su dotación genética (genotipo) posibilitará que con las condiciones ambientales y el clima de la huerta (altitud, el agua, la luz solar, la diferencia de temperaturas entre el día y la noche, la tierra fértil, etc) el año que viene la mayoría de ellas al secarse sigan teniendo ese color y aspecto (fenotipo).

Judías verdinas

Para nosotros no tiene interés cosechar estás legumbres antes de su madurez. Todos los años disfrutamos de los granos de judías inmaduras de muchas de las variedades que cultivamos para seco y que al final del periodo de cultivo cosechamos para evitar que se hielen.
El resto de las alubias verdinas que compramos y no sembramos las dejamos en casa en una bolsa de papel cerrada. Con las temperaturas altas y la calefacción al ir a cocinarlas, a finales del invierno, comprobamos que estaban infestadas de gorgojos. Os contaremos la experiencia en una entrada próxima y cómo intentamos que no se nos contaminen el resto de las variedades de judías que cultivamos.

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