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Peras de longuindo o donguindo

peras de longuindo o donguindo

tres peras de longuindo o donguindo.

Hoy os vamos a presentar una de las frutas que desde siempre se han cultivado en la zona y de la que ya existe constancia escrita como peras de longuindo, en el catastro del Marqués de la Ensenada (1751) de varios pueblos de la ribera del río Corneja. Son peras que tienen una gran tradición cultural y hasta mediados del siglo XX la tuvieron económica. Aún hoy es posible adquirirlas a los pocos y pequeños productores que las cultivan.




Peral de longuindo en un prado que fue huerta

Los perales

Estos perales son muy rústicos y están perfectamente adaptados al clima y la altitud de la zona norte de la sierra de Gredos. Los encontramos en huertas cultivadas y en otras que han pasado a ser prados donde sobreviven sin recibir ningún tipo de cuidados.
Ya os contamos su contribución al espectáculo de los perales en flor en primavera.

Viejo peral de longuindo



Los perales de longuindo o donguindo son árboles caducos de gran porte, alcanzan hasta los diez metros de altura y sus raíces son profundas, este hecho ha influido decisivamente en que sea una variedad en retroceso, quedando fuera de los procesos de producción. Hoy se tiende a plantar variedades de porte inferior, que facilitan la recolección de la fruta. Presentan troncos altos y gruesos, con corteza agrietada y grisácea de la que se desprenden placas lenticulares. Son autofértiles, un peral aislado fructifica sin problemas. Necesitan muchas horas de frío y zonas soleadas, bien aireadas y no encharcadas.

Tronco de peral de longuindo muy antiguo.

Son perales de floración temprana. Este año, os recordamos que son de la familia de las rosáceas y se presentan en corimbos, los botones florales comenzaron a abrirse en la segunda semana del mes de abril y en la tercera semana estaban en floración plena. Las flores son de color blanco con tonos rosados, tienen cinco pétalos y desprenden un olor poco agradable.

Flores y botones florales del peral de longuindo.

Hubo una ligera helada en la segunda semana de mayo y durante todo el periodo de floración lluvia persistente, por lo que han fructificado muy pocas peras.

El peral de longindo más joven en plena floración.

Nosotros tenemos un peral de longuindo joven en la huerta y varios en prados.
Labramos dos veces la huerta con el motocultor, regamos el peral por inundación cuatro o cinco veces en verano y lo fumigamos en invierno con un aceite mineral. Todos los años lo podamos para eliminar los chupones, despuntar y aclarar la copa.
Son árboles muy resistentes a las enfermedades.

Pequeña pera de longuindo.

Las peras.

Se cosechan a finales del mes de agosto y en la primera quincena de septiembre.
Son peras de tamaño mediano y forma irregular. La inserción del pedúnculo es oblicua.

Peras de longuindo recién recolectadas

Su color es verde brillante, se vuelve amarillo al madurar y es frecuente que presenten un chapado rojo en la zona que ha estado expuesta al sol. Su piel es muy fina y punteada con lenticelas bien visibles.

Peras longuindo en diferentes fases de maduración

Son peras con textura compacta y crujiente, en el paladar son muy jugosas y ligeramente granulosas. Su sabor es excelente, muy dulce, con aroma amoscatelado y casi almizclado.
Nosotros las consumimos siempre en fresco y se conservan hasta un mes después de cosechadas en un lugar fresco y oscuro.

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Consumo

Las peras aportan a nuestra dieta agua, algunos hidratos de carbono, fibra insoluble (lignina) que les confiere un ligero efecto laxante y también destaca su contenido en potasio y vitamina C.
Además de los nutrientes es destacable su contenido en antioxidantes (flavonoides) y lignano; está demostrado que en los países que más se consumen flavonoides y lignano la incidencia del cáncer, sobretodo de próstata y de mama, es menor.

Peral y peras de donguindo

Curiosidades

En el diccionario de la RAE se denominan peras de donguindo.
Desde siempre en esta zona se han llamado peras de longuindo. Tenemos referencias del uso actual de este nombre para referirse a ellas en La Rioja, Galicia, Zamora, León, País Vasco y Aragón.
Si revisamos las repuestas generales del catastro Marqués de la Ensenada (1751) en Villafranca de la Sierra y varias localidades próximas, figuran las peras de “longuindo” entre las producciones en las huertas de regadío. Se vendían por arrobas (equivalente a 11,5 kg) a 4, 2 o 1,5 reales, dependiendo que fueran de primera, segunda o tercera calidad.

Peras de longuindo muy maduras

Fue frecuente utilizarlas en el trueque, permutando peras por aceite, vino, cereales u otros productos que no se producían en la zona.
Estas peras son climatéricas y se recolectan cuando están un poco duras, esta propiedad permite manipularlas con cuidado y trasladarlas antes de su consumo.
Colocadas en banastas de madera llegaban en perfectas condiciones a los mercados de Ávila, Salamanca y Madrid.
Hace unos años fue una interesante actividad económica de los agricultores de estos pueblos.
En un menú que ofrecieron en el año 1882 al rey Alfonso XII en Liébana (Cantabria) incluían peras de longuindo y briñones. Ya por entonces merecían estas frutas formar parte de un menú real.

Los perales necesitan horas de frío y resisten las heladas




Truco del abuelo

El mejor momento para comer estas peras es cuando están de color verde-amarillento, antes su pulpa es astringente y no se pueden consumir y si están demasiado maduras algunas son ásperas.
Él utiliza frecuentemente este refrán “Si no hubiera Semana Santa no se helarían las peras en Vilafranca”. Cultura popular.

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