Membrillos jóvenes
Membrillos o membrilleros (Cydonia oblonga) son una especie de plantas perteneciente a la familia de las rosáceas.
En la huerta tenemos un membrillo desde hace unos quince años, lo compró el abuelo en una tienda en Ávila y venía ya injertado en un patrón, teníamos otro pero lo arranco la última riada del Corneja.
Se ha adaptado perfectamente a nuestra huerta y es uno de los frutales que nos asegura frutos casi todos los años y de los que menos cuidados necesitan.
Sus membrillos son de tamaño mediano, no se pudren por dentro al madurar y son muy aromáticos.
Nuestro membrillo con sus frutos
Cuidados
Labramos la tierra un par de veces al año (primavera-verano) con el motocultor, al árbol le hacemos una cura de aceite de invierno y una ligera poda cuando acaban las heladas (febrero o marzo) para eliminar los chupones y alguna rama superpuesta.
Si no se adquieren en una tienda especializada y de confianza es preferible injertar patrones con púas procedentes de árboles autóctonos que se adaptarán mejor a la zona y serán más resistentes a las enfermedades (al fuego bacteriano, por ejemplo).
Membrillo próximo a su madurez
Riego
Lo regamos muy poco, entre cuatro y seis veces entre los meses de julio, agosto y septiembre, inundando una pequeña poza de unos dos metros de diámetro que hacemos manualmente con azada alrededor del tronco. Cuando el agua la desborda continúa hacia los otros árboles frutales de la huerta.
El agua viene directamente de la sierra de Villafranca donde brota en los manantiales.
Membrillos recolectados
Los membrillos no los recogemos hasta que no están maduros y alcanzan su máximo volumen. Son climatéricos, si los recolectamos en su momento justo, seguirán madurando al separarlos de la planta.
Truco del abuelo. Cuando la pelusa que los envuelve se desprende con facilidad es el momento de cosecharlos.
Membrillos recolectados
Cosecha
Las tormentas con granizo pueden afectar a las hojas y a todos los membrillos que no estaban cubiertos por ellas, lo que hará que tengamos que eliminar los frutos más afectados del árbol.
Membrillo con heridas de la tormenta y otro no afectado
Un mes de octubre soleado favorece su maduración y podremos recolectarlos en el mes de noviembre.
Parte de la cosecha de este año
Curiosidades
Los membrillos ya se cultivaban en Babilonia y encontramos múltiples referencias en las culturas griega, romana, árabe y cristiana. Siempre se ha relacionado con la elaboración de dulce de membrillo, con sus usos como aromatizante y desodorante y con la fertilidad.
También hay una frase despectiva que es llamar «membrillo» a una persona.
¿Sabíais que los membrillos tienen un escaso contenido en azúcar? Pues es cierto y la confusión generalizada tiene su origen por consumirlos en forma de dulce de membrillo al que se le aporta un 50% de azúcares en su elaboración.
Los membrillos son ricos en fibra (pectina y mucílagos), taninos (astringentes), vitamina C y potasio.
Membrillo silvestre
En la zona del curso medio del río Corneja se pueden encontrar muchos membrillos que crecen de forma arbustiva y se mantienen, sin ningún cuidado, en los márgenes de huertas abandonadas. Probablemente cada familia solía plantar uno de estos árboles para aprovechar zonas de las propiedades que no se cultivaban. En ellos fructifican membrillos de pequeño tamaño pero muy aromáticos. Estas plantas son muy útiles para obtener plantones, que al estar tan adaptados a la zona podremos utilizar para injertar en ellos frutales autóctonos de pepita.
¿Qué hacemos con los membrillos?
Nosotros los damos varios usos: como aromatizantes en centros de mesa en casa o colocando uno en el coche. Elaboramos dulce de membrillo que se conserva todo el año y hacemos una receta de membrillo asado sorprendente, puro sabor a membrillo con muy pocas calorías.
Membrillo asado
Los conservamos hasta 3 meses en banastas de madera forradas con papel, almacenadas en lugares con temperatura fresca y constante y en ausencia de luz.
Por cierto también regalamos membrillos a la familia y los amigos.
Espero que si no los tenéis a mano cerréis los ojos y recordéis o imaginéis su exclusivo aroma.