Una forma de disfrutar del membrillo es comerlo asado, queda con todo su sabor y es muy natural.
Su elaboración es fácil, lo único que tenemos que tener en cuenta es que al ser una fruta muy dura, serán necesarias casi dos horas de horno para que estén en su punto.
Nos va a sorprender el aroma que desprenden durante su cocinado y su sabor pues es muy parecido a la carne o dulce de membrillo, recordándonos a la manzana reineta asada.
Como ocurre con muchas frutas la carne de los membrillos se oxida, esto hace que se oscurezcan al pasar unos minutos.
La preparación es similar a la manzana asada, la mayor variación será el tiempo empleado.
Necesitaremos
4 membrillos.
10 cucharadas de azúcar moreno.
8 cucharadas de jerez.
1 rama de canela.
1 1/2 vasos de agua.
Preparación
Lavamos y secamos bien los membrillos para quitar la pelusa que puedan tener. Después se pueden pelar pero una vez asados prácticamente no se va a notar la piel y los va a proteger haciendo que queden más jugosos.
Partimos a la mitad cada membrillo, quitamos las pipas y el centro y reservamos.
Ponemos una cucharada de azúcar moreno y una otra de jerez en cada medio membrillo.
Colocamos los membrillos en una fuente para horno con el agua, el azúcar restante y la rama de canela.
Para que el almíbar que se forma tome consistencia, preparamos un saquito de gasa con las pipas y los centros de los membrillos guardados.
Ponemos en el horno a 180ºC, durante aproximadamente 2 horas, todo dependerá del estado de madurez del membrillo y de nuestro horno, pero como mínimo necesitará una hora y media. Los regaremos con el almíbar de vez en cuando, vigilando que no se queden secos, añadiendo un poco más de agua si fuera necesario.
Cuando los membrillos están blandos, están en su punto, lo podemos comprobar pinchándolos con un palillo.
Este postre se puede comer caliente o frío y de las dos formas sorprende.
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