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Manejo de malas hierbas en la huerta

Manejo de malas hierbas en la huerta

Manejo de malas hierbas en la huerta

En la huerta no utilizamos ningún tipo de herbicida ni coberturas de plástico. Siempre anteponemos los aspectos cualitativos (ausencia de residuos, frutos maduros, especies adaptadas …) a los cuantitativos. Las malas hierbas sin control harían fracasar todos nuestros cultivos.

Después de labrar esta huerta, que llevaba más de 20 años sin cultivar, no se llegó a sembrar y germinaron las semillas que estaban en latencia.

Para controlar las hierbas que no sembramos, tenemos establecidos unos «protocolos» basados en los usos y costumbres de los agricultores de la zona, actualizados con los conocimientos del siglo XXI, sin perder nunca el objetivo de obtener cosecha y que nuestras frutas, verduras, hortalizas y legumbres sean alimentos sanos y saludables, ya que su destino es el consumo familiar.
Utilizando solamente procedimientos físicos para el control de estas «otras hierbas» conseguimos cosechar cada año, con garantía, nuestros cultivos. El ejercicio físico, al aire libre, está asegurado, y ¡sin pagar gimnasio!.

Judías planchadas y cola de caballo

Biología de las poblaciones

Es fundamental conocer las plantas adventicias que tenemos en nuestra huerta y la biología de estas poblaciones, cómo germinan, emergen, cómo es su fenología y cómo se reproducen. También hemos de identificar las que aportan efectos positivos a nuestros cultivos y cuales se comportan como malas hierbas.
La reproducción vegetativa está muy extendida entre las plantas perennes. Se regeneran por bulbillos, estolones, rizomas, tubérculos o yemas radicales. Estas plantas nos crean problemas en los cultivos perennes (frambuesas, fresas, orégano) y en los cultivos de verano. Entre ellas destaca la presencia en la huerta de correhuela y la cola de caballo.

Judiones con malas hierbas

Las plantas que se reproducen sexualmente producen semillas y la mayoría se almacenan enterradas en el suelo. Allí pueden permanecer muchos años, en fase de dormición; sin humedad, sin una temperatura adecuada, sin luz y sin oxígeno, ni CO2 no germinan. La situación más favorable para que germinen este grupo de plantas, que son la mayoría, se produce en el momento de la siembra de los cultivos, si hay humedad superficial y después del primer riego por inundación.

Malas hierbas después del riego

Cuando los cultivos ocupan el espacio, impiden que llegue luz solar y no germinan. En otoño, al secarse las plantas cultivadas, pueden llegar a germinar otras semillas e incluso reproducirse.
Las malas hierbas tenemos que controlarlas y establecemos planes a corto, medio o largo plazo.

Semillero de lechugas y cola de caballo

Manejo en cultivos perennes

En el caso de los cultivos perennes, que suponen poca superficie, eliminamos las plantas con las manos extrayendo las raíces o escardando, ayudándonos de una pequeña azada, varias veces a lo largo del año.
Las vainas de las judías secas las ponemos en invierno sobre los surcos de las fresas y así se evita que germinen muchas malas hierbas en primavera y aportan nutrientes al suelo.

Cebollas y verdolagas

Manejo en cultivos de verano

La mayoría de la superficie de la huerta la dedicamos a los cultivos de verano. Para el control de las poblaciones de malas hierbas realizamos estas medidas de manejo:

Rotación de cultivos en distintas zonas de la huerta

Son rotaciones anuales o bianuales, se basan en rotar leguminosas con los otros cultivos. Provocan que la densidad de malas hierbas sea menor.

Laboreo mecánico

Lo realizamos con la motoazada y ya lo describimos en la entrada de labores en la huerta. Entierra en profundidad las semillas y muchas no germinan. La mayoría de las semillas germinan a 5 cm de profundidad y son viables muchos años. Esta labor no llega a destruir los rizomas de las correhuelas y de la cola de caballo.

Antes y después de escardar con la azada

Labores manuales

En las primeras fases de desarrollo de los cultivos, antes de que ocupen el espacio, realizamos escardas manuales, una o varias, según los años. Ayudándonos de una azada, eliminamos de raíz las malas hierbas y aporcamos tierra, sin dañar las raíces de las plantas cultivadas. Las patatas las escardamos antes del primer riego y las judías antes de colocar los tutores. También, generalmente después del primer riego, raspamos superficialmente con la azada las zonas inundadas del surco, aporcado la tierra hacia las plantas cultivadas.

Bledos y verdolaga en las zanahorias

Es frecuente que en casi todas nuestras visitas a la huerta realicemos escardas manuales, extrayendo con raíz las malas hierbas que han logrado crecer entre los cultivos.

Escardando puerros

Es fundamental que en las fases terminales de los cultivos, otoño o principios del invierno, arranquemos las malas hierbas que hayan completado su madurez para evitar altas cargas de semillas. Por ejemplo, al arrancar las patatas, también las eliminamos.

Cultivos establecidos con las malas hierbas controladas

Casos particulares

La plantas de cola de caballo compiten con los cultivos en las primeras fases y las eliminamos, cortando con la azada los tallos profundamente. Después contribuyen a mantener la humedad del suelo, por esta razón en las judías y en las patatas sólo eliminamos los tallos fértiles.
Las correhuelas también las quitamos cortando los tallos con la azada, lo más profundamente posible. Después, cuando el terreno está ya ocupado por las plantas que cultivamos, no nos crean problemas, pues sin luz solar directa no germinan nuevas plantas.

Pamplina, Stellaria media, en la huerta

La pamplina

Las coberturas plásticas hoy están de moda y permiten industrializar muchos cultivos, sin embargo nosotros utilizamos una cobertura natural.
En otoño, invierno y primavera, después de retirar los cultivos y si hay humedad suficiente, la huerta se cubre de pamplina. Esta pamplina de las huertas es Stellaria media L. y no tiene mucho que ver con la pamplina que consumimos, Montia Fontana L.
Crece se forma cespitosa y la mayoría de los años cubre toda la superficie de la huerta, como si fuera una alfombra o un acolchado natural. No la arrancamos y al labrar la huerta con el motocultor la incorporamos al suelo. Aporta nutrientes, sobre todo nitrógeno y contribuye a mejorar la estructura del suelo, ya que al descomponerse la materia orgánica se vuelve más permeable y aireado.

Alzando la huerta.

Esta alfombra natural ayuda a conservar el agua del suelo, evita las escorrentías y la erosión que provocan las lluvias fuertes en el suelo sin vegetación, favorece que se filtre más agua hacia capas más profundas, en invierno incrementa la temperatura del suelo en +1°C y también los microorganismos y la fauna.
Pero no acaban aquí las ventajas de este cultivo natural de invierno o de cobertera en la huerta, resulta que también tiene efectos sobre el control de las malas hierbas. La pamplina es una especie de crecimiento rápido y establece una barrera física que evita que crezcan otras especies de malas hierbas.
La pamplina favorece también la supervivencia invernal de roedores, lombrices, topos, caracoles y de algunos microorganismos patógenos. Las ventajas son muy superiores a los inconvenientes.

Curiosidades

Los tomatitos, Solanum nigrum, son solanáceas y muchas veces en el envés de sus hojas hemos observado puestas de huevos y el desarrollo de larvas de escarabajos de la patata y pulgones. Procuramos eliminarlos arrancando la planta.
La mayoría de las malas hierbas que arrancamos manualmente son plantas inmaduras y por lo tanto sin semillas viables. Todas las echamos al almacén de residuos para compostaje.

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