En una entrada anterior os contamos cómo preparamos un semillero y plantamos nuestros tomates, ahora os explicaremos las siguientes labores que realizamos hasta el momento de cosecharlos.
Este año compramos otras diez plantas con cepellón en el mercadillo local.
Poda
La única poda que hacemos consiste en eliminar las primeras ramas laterales que surgen del tallo, ayudándonos de una navaja o de una tijera de podar. A veces, en el mes de septiembre, para evitar que sigan creciendo, cortamos los brotes superiores.
Entutorado
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Solo cultivamos tomates de mata alta, alcanzan más de un metro de altura, los cherry más de dos, es imprescindible que las plantas y frutos no toquen el suelo, por eso colocamos un tutor o vara a cada planta.
Los tutores tienen 1,80 m de altura. En su parte más gruesa hacemos una punta. Sujetándolo y apretando con ambas manos lo clavamos próximo al tronco de la planta.
Hacemos coincidir las partes delgadas de los tutores de tres en tres, o de cuatro en cuatro, los atamos formando “chozos”, así soportan perfectamente el peso de las plantas al ir creciendo y facilita que todas reciban los rayos del sol. Procuramos que las plantas de tomates de cada chozo sean de la misma variedad.
Riego
En verano regamos por inundación de los surcos, cada siete días.
Otras labores
Mullimos la tierra con la azada, esto es, removemos la capa superficial del suelo para quitar las malas hierbas, evitar la pérdida de humedad por capilaridad y airear las raíces.
Aporcamos tierra para que dispongan de unos buenos surcos donde desarrollarse. Tendremos especial cuidado para no dañar las raíces de las tomateras.
Plagas
No les afecta ninguna plaga destacable.
Sólo hemos tenido un problema, algunos de los primeros tomates que maduran en cada planta tienen la enfermedad de la peseta o necrosis apical. Es una enfermedad debida a carencia de calcio en el suelo y lo único que hacemos es destinar a compost los tomates afectados (no es una enfermedad infecciosa).
Algunos años las tormentas de verano si vienen acompañadas de granizos pueden llegar a destruir las plantas.
Truco del abuelo
Cuando las plantas tienen cierto porte, más o menos al comienzo de la floración, el abuelo, que ya lleva muchos años cultivando tomates, espolvorea sobre ellas azufre en polvo, ayudándose de media botella de plástico a la que ha practicado unos agujeros en el fondo. Siempre lo hace a última hora de una tarde. El azufre es un excelente acaricida, combate el oidio y su uso está autorizado en el Reglamento Europeo que regula la agricultura ecológica. ¡Sabiduría tradicional en estado puro!.
Los tomates
De las flores van surgiendo los primeros tomates y en las siguientes fotografías os los presentamos.
Curiosidades
Los tomates (Solanum lycopersicum) son de la familia de la solanáceas y tienen un alcaloide, la tomatina, en sus partes verdes (hojas, tallos y tomates verdes). Es un insecticida y fungicida natural que la planta utiliza para autoprotegerse.
¿Os habéis fijado que todas las plantas de tomate están recubiertos de unos minúsculos pelillos?. Son unas glándulas llamadas tricomas, responsables de su característico y fuerte olor y de que nos manchemos las manos cuando los manipulamos.
Hay pelos largos simples y otros glandulares que excretan un exudado pegajoso. Su función principal es proteger la planta de plagas. Se están publicando trabajos científicos y realizando ensayos para recuperarlos en variedades comerciales en las que habían desaparecido.
Otra función, importante, de los tricomas y de la tomatina es evitar que las plantas sean apetecibles para los animales como los jabalíes o los corzos, que cada vez son más abundantes en esta zona y es frecuente que no respeten los cercados.
Norberto monge q dice
Muy buena informacion
Gracias este año hice mi primer cultivo de tomate y me a sido de mucha utilidad toda tu informacion
Huerta dice
Gracias Norberto, nos gusta mucho saber que lo que el abuelo hace y nosotros transmitimos te ha sido util.